A propósito de la película sacada por Netflix de «El Estafador de Tinder» queremos contarles también un caso que nos sucedió. En noviembre del 2021 recibimos un correo con una solicitud de cotización por parte del señor John Hartman para realizar unos videos comerciales de unas pizzas para su empresa ubicada en Estados Unidos. Luego de recibir nuestra respuesta, este individuo se mostró interesado y aseguró realizar el trabajo con nosotros.

Al momento de recibir su aprobación, procedimos a indicarle los métodos de pago pero, él insistió en realizar el abono por medio de un cheque radicado en una ubicación dentro de los Estados Unidos por temas contables lo cual, aceptamos y diligenciamos la remisión en dicha ubicación.

Días después nos confirmó que había realizado el envío del cheque sin embargo, para nuestra sorpresa el valor era superior a lo pactado con el cliente y al confirmar con él, nos pidió el favor de recibir dicha cantidad con el propósito de realizar una consignación por el monto excedente a un consultor ubicado en Estados Unidos, que nos facilitaría los insumos de la producción.

Nosotros accedimos sin problema a esta petición, especificando que haríamos el pago a la otra persona el día en que estuviese reflejado el dinero en nuestra cuenta. No obstante, a partir del día en que recibimos el cheque, el señor John Hartman empezó a presionarnos para agilizar el proceso, él nos aseguraba que luego de 24 horas el cheque en el banco se haría efectivo. A diferencia de lo que nos notificaron en el banco, que demoraba 7 días hábiles en hacerse efectivo el dinero. 

Es así como desde el día dos de radicado el cheque, empezó a llamar preocupado que necesitaba iniciar con el proyecto de una vez y que para poder empezar, una solución era que nosotros le giráramos el dinero al contacto que él nos dió para poder tener los insumos del proyecto. 

Nosotros no accedimos pero él siguió insistiendo, nos presionó hasta el punto en que solicitamos los datos del consultor para consignar el dinero, él accedió pero mientras hicimos una investigación vimos que era una persona que tenía una relación con John Hartman lo cual nos pareció sospechoso así que, procedimos a dilatar el tema hasta que se hiciera efectivo el cheque. 

Debido a esto, el señor siguió insistiendo en que hiciéramos el pago e incluso nos acusó de que nosotros le íbamos a robar su dinero y que la forma para él estar tranquilo era que accediéramos a darle el anticipo a su contacto.

Llegó el día en que el cheque se tenía que hacer efectivo y como lo suponíamos desde un comienzo, el banco nos confirmó que la cuenta no tenía fondos y que John Hartman nunca autorizó ni contestó para realizar el desembolso del dinero. 

Ese día lo llamamos para saber qué sucedía y efectivamente nunca más nos volvió a contestar por ningún medio. 

Esta historia la escribimos porque sabemos que es una forma de estafar a muchas personas y aunque a veces puede pintar en un muy buen negocio, asegúrese de que todo sea claro y funcione para ambas partes. 
Les dejamos por acá el correo que utilizó esta persona para contactarnos jhartman455@outlook.com.

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